El 12 de marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma, una fecha para concientizar sobre la importancia de cuidar la salud visual y realizarse chequeos periódicos. 

¿Qué es y a quiénes afecta?

Se trata de una enfermedad crónica que se produce por un daño en el nervio óptico, el encargado de enviar la información visual del ojo al cerebro. Este daño suele estar relacionado con un aumento de la presión intraocular, que comprime el nervio y lo deteriora. Si no se trata, el glaucoma puede provocar una pérdida progresiva de la visión, que puede llegar a ser total.

El glaucoma puede afectar a cualquier persona, pero hay algunos factores que aumentan el riesgo de padecerlo, como:

• Tener más de 40 años
• Tener antecedentes familiares de esta enfermedad
• Sufrir de diabetes o miopía
• Usar corticoides de forma prolongada
• Haber sufrido traumatismos oculares
• Pertenecer a ciertas poblaciones étnicas, como los afroamericanos, los asiáticos o los hispanos, que tienen una mayor incidencia de padecer esta afección.

¿Cuáles son los síntomas del Glaucoma?

Existen distintos tipos de Glaucoma, según el ángulo que forman la córnea y el iris, que determina el flujo del humor acuoso, el líquido que llena el ojo y regula la presión intraocular. Los más comunes son el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado.

El glaucoma de ángulo abierto es el más frecuente y se caracteriza por ser asintomático en sus etapas iniciales. El daño en el nervio óptico se produce de forma gradual y silenciosa, y solo se manifiesta cuando ya hay una pérdida significativa de la visión. 

El glaucoma de ángulo cerrado es menos común, pero más grave y urgente. Se produce cuando el ángulo se cierra de forma brusca y se bloquea el drenaje del humor acuoso, lo que provoca un aumento repentino y severo de la presión intraocular. Este tipo de glaucoma suele presentar síntomas como:

• Dolor de cabeza y de ojos intenso
• Náuseas y vómitos
• Visión borrosa o pérdida de visión
• Halos o anillos de colores alrededor de las luces
• Enrojecimiento de los ojos

Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, se debe acudir de inmediato al oftalmólogo, ya que se trata de una emergencia médica que puede causar ceguera en pocas horas.

¿Cómo se puede prevenir y tratar el glaucoma?

La mejor forma de prevenir el glaucoma es realizarse exámenes oculares periódicos, especialmente a partir de los 40 años, que incluyan la medición de la presión intraocular y la evaluación del nervio óptico. Estas pruebas permiten detectar el glaucoma de forma temprana y evitar o retrasar la pérdida de visión.

El tratamiento del glaucoma depende del tipo, la causa y la gravedad de la enfermedad. En general, se basa en el uso de medicamentos, como colirios o pastillas, que reducen la presión intraocular. En algunos casos, se puede recurrir al láser o a la cirugía, para mejorar el drenaje del humor acuoso o crear una nueva vía de salida. Sin embargo, el glaucoma es una afección crónica que requiere un seguimiento y un control de por vida.

Además del tratamiento médico, hay algunas medidas que se pueden tomar para cuidar la salud visual y reducir el riesgo de desarrollar glaucoma, como:

• Llevar una dieta saludable, rica en antioxidantes, vitaminas A y C, y zinc, que pueden contribuir a la salud ocular.
• Practicar ejercicio moderado, que contribuye a la salud general y a la circulación sanguínea, incluida la que llega a los ojos.
• No fumar, ya que el tabaquismo se ha asociado a un mayor riesgo de Glaucoma.

 

En Sanatorio Modelo Burzaco entendemos que la prevención es clave en la atención de nuestros pacientes. Es fundamental que los adultos mayores realicen chequeos oculares regulares, ya que el Glaucoma a menudo no presenta síntomas en sus etapas iniciales.